Hace ya casi dos años, en el primer día de caza en Toledo. Allí fui con mi abuelo y mate mi primer conejo.
Tras una mañana larga. En un vibar, para explicarlo donde se esconden los conejos, el perro blanco de mi abuelo, "El Chulo" cantó allí el conejo y mi abuelo alargó la mano y sacó un conejo que guardo en su morral para después soltármelo y que yo le disparase.
Cuando cerramos los perros en el remolque mi abuelo soltó el conejo en un "pelao" y yo con un solo disparo le mate.
Yo estaba muy contento y llame a mi padre para contárselo.
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